¿La pareja como espejo o como hogar?

Que cosa increíble la pareja amorosa. Es como que un@ pone muchas cosas que quiere y que odia en juego, confluyendo en unidad. Se espera que cargue con nuestra cruz, que se deshaga de nuestros mambos mientras le rogamos que nos vuelva a llevar ahí… A esa sensación familiar, como de hogar parecido al que crecimos y así poder recrear una versión en donde la otra persona sea y haga, lo que después de hacer terapia o trabajar en nosotr@s mismos, no queremos ser ni hacer más.

 

Porque claro, si no sabemos qué cosas si y que cosas no, ¿qué más o menos y que nunca o siempre… como vamos a estar seguros de que estamos eligiendo solos y en libertad a nuestra pareja?

Esto se relaciona con lo que siempre hablo, pero remarco en el primer y segundo episodio que hablo sobre la identidad y el SER.  Hasta que no trabajemos en nosotros mismos y comprendamos lo necesario que es desglosar eso, nunca vamos a estar seguros si estas siendo vos u otros están siendo a través tuyo.

 

Pensando en todo eso y en la importancia que tiene la pareja amorosa en nuestra vida, salió este nuevo artículo/episodio para nosotr@s.

Porque la pareja es la que “normalmente” comparte la mayor cantidad de tiempo con nosotros, ya que es en ésta, donde colocamos gran parte de nuestros mambos o neuras. En ese espacio, recreamos o tratamos de recrear todo lo adquirido en el núcleo familiar o en el entorno en el cual crecimos.

Vos, a esta altura, ya sabes cómo me gusta cuestionar y que siempre te quiero regalar preguntas para que reflexionemos junt@s, pero esta vez, quise pensar frases cortas que representen mis percepciones de este vínculo tan especial y significativo. Pero quédate tranquil@, que nos van a hacer pensar igual! Acá vamos…

 

Que cosa extraña la pareja cuando solo son espejos de eso que no queremos ni mirar. Porque es duro verte reflejad@ en algo que no te representa más.

Que cosa rara la pareja cuando evitarse parece el camino más fácil, porque alguna de las partes no se atrevió a evolucionar. Cuando encontrarse desde el entendimiento (sin necesidad de aceptación), costando trabajo, claro…  Puede nutrir el alma de l@s dos.

Que cosa perezosa la pareja, cuando viven de echar culpas sin primero acordarse que “la culpa no es del chancho sino del que le da de comer”. Porque si no se tiene autocrítica, tampoco hay crecimiento, ni propio ni compartido.

Que cosa triste la pareja, cuando crecen disparejo, en direcciones distintas. Porque si realmente hay amor (amor del sano propio y ajeno) se puede trabajar para entender los ciclos de cada un@ y respetarlos.

Que cosa terca la pareja, cuando los dos quieren ganar una discusión. Cuando escuchas el episodio de la escucha efectiva, sabes que si aunque sea uno de los dos no se sintió escuchado/entendido… Nadie ganó.

 

Pero antes de seguir hablando de la pareja, hablemos de nosotros como seres humanos relacionándonos… Y acá si vienen algunas de mis preguntas.

 

¿Quién dijo que el otro tenía que cargar con semejante responsabilidad?
¿Por qué la otra persona tiene que hacerse cargo de nuestras angustias?
¿Desde cuándo exigirle al otro que adivine o imagine lo que esperamos está bien?
¿Cómo puedo pretender que el otro entienda algo que yo no logro comprender?
 

Que cosa loca el ser humano, cuando quiere que lo amen incondicionalmente, pero si haces algo que no le gusta, es capaz de bloquearte y no deshacerlo por unos días. haciéndote sentir que tu amor y cariño penden de un hilo que no sabes cuando se va a cortar.

Que cosa inmadura el ser humano, que prefiere negarse a si mism@ antes que tomarse el trabajo de encontrarse y poder verse a través de su pareja con ojos de amor y de empatía.

Que cosa negadora el ser humano que deja pasar tiempo y dolor, en algo que, en el fondo, si no hace su trabajo individual, sabe que no va a funcionar.

Que cosa egoísta el ser humano, cuando por inseguridades propias no puede entender que su pareja tenga necesidades individuales y que eso no significa que no las quiera con uno. Tampoco que pueda aceptar que a veces el camino de uno es más lento que el del otro, pero si le pone esfuerzo, se puede esperar. No hace falta soltar, como proclaman todos, a la primera que a la otra parte le tocó caminar por una calle en mal estado.

 

¿Cuántas veces nos invade una sensación de impotencia cuando el otro no responde/actúa como esperamos?

¿Cuántas veces nos sentimos inseguros al mandar un mensaje y el/la otro/a se tarda en responder? Empezando a dudar hasta de las comas o puntitos que escribimos.

¿Cuántas veces reaccionamos de una manera completamente diferente a la que quisiéramos en realidad?

A lo largo de mi vida amorosa, me encontraba muchas veces, más de las que deseaba, con la misma sensación de impotencia o de desilusión después de terminar una discusión o cuando el otro hacía algo que me dolía. Me costó 9 años de terapia y muchas relaciones fallidas, darme cuenta de que el 60% del tiempo, era yo quién lo provocaba o esperaba.

¿Por qué digo esto? Porque vuelvo a remarcar el hecho de que, sin trabajo interno, vas a vivir una vida paralela y jamás te vas a adueñar de vos. Siempre van a ser los demás. Vos vas a ser causa de los efectos que tienen los otros en tu vida. que, por cierto, es tuya. Reclamala!

 

Esa parte, es la parte infantil que tenemos que sanar… Es ahí donde nos tenemos que detener a mirar, con ojos compasivos, lo que estamos pidiendo a través de berrinches. Démosle amor, esa es justamente la parte de nosotr@s que necesita ser vista y escuchada. Va a doler, molestar, lo que sea… Pero te lo vas a agradecer. Porque finalmente, vas a tomar las riendas de tu vida, sin esperar que nadie más venga a manejarlas por vos.

Que cosa linda la pareja cuando al fin se animan a verse a través del otro y deciden llevar luz a esos rincones de oscuridad.

Que cosa bella la pareja cuando buscan encontrarse, sin perder la individualidad.

Que cosa activa la pareja cuando trabajan su ser interior y se hacen cargo de que sus acciones inciden en la calidad del vínculo que van a formar.

Que cosa alegre la pareja cuando crecen a la par y cuando no, no se apuran, no presionan, solo aceptan que cada uno tiene su viaje. Sin perder al otro de vista, conectándose, pero a la espera… Porque tienen la seguridad que tarde o temprano, van a volver a coincidir.

Que cosa amable la pareja, cuando entenderse pesa más que el ego.

 

Que cosa espectacular la pareja, cuando descubrimos y sanamos todo lo anterior… Cuando hicimos nuestro trabajo sin responsabilizar ni exigirle al otr@ que lo haga por nosotr@s.

¿Querés con los anteojos del ego y la necesidad o con los del amor y la generosidad? Y no te pregunto solamente a tu pareja. ¿A vos, como te querés?

Te quiero!

GS

PD: yo también estoy descifrando como ser mejor pareja (conmigo misma y con los demás).

GiuuSofra

Soy:

Entusiasta, soñadora, sensible, espontánea, curiosa, leal, chistosa, terca, niña, seductora, carismática, amigable, y muchas otras cosas que estoy descubriendo o que todavía no sé.

Quiero ser:

Enfocada, realista, paciente, relajada, mejor todos los días.

Roles que me identifican:

Madre, amiga, novia, confidente, compañera, hija, hermana, motivadora, coach.

Profesiones que me ayudan a expresar mis cualidades:

Event planner, escritora, cocinera, project manager, coach.

Hobbies:

Cantar, escribir, escuchar música fuerte, bailar, leer, jugar.

Sueños:

Fundar mi ONG, actuar en una película de ficción y que cuando sea grande pueda decir… Que hermoso todo lo que hice con mi vida.

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¿Me tengo que defender o explicarme?